Ricopa, el destino junta a los destinados
En esta crónica, el nuevo talento de la división sub-15 de Alianza Lima, nos brinda detalles sobre su participación en dos torneos locales y su visión del fútbol actual.
Foto: lanueve.com.pe
En esta crónica, el nuevo talento de la división sub-15 de Alianza Lima, nos brinda detalles sobre su participación en dos torneos locales y su visión del fútbol actual.
Foto: lanueve.com.pe
Era cerca del mediodía, de
un soleado día primaveral de octubre. El auto de mi papá marchaba directamente
por la Javier Prado en dirección al Pentagonito. No sabía que ahí adentro había
un complejo deportivo. Las veces que he pasado por ahí me ha parecido un
edificio muy corpulento, construido en concreto y que da la impresión de ser
una fortaleza, rodeada de muy amplios jardines. Muy al estilo de los castillos
medievales, aunque sin tener la arquitectura y belleza de estos.
Nos dirigíamos al complejo
deportivo en búsqueda de una entrevista con un jugador de fútbol del Alianza
Lima. Un curso me había dejado esa tarea. El día anterior intente contactarme
con Bryan Ricopa y el éxito me fue esquivo. Yo quería entrevistar a ese jugador
por haberle visto alguna semana atrás en un partido de la sub-17.
Lamentablemente no logramos el contacto, así que fui en búsqueda de cualquier
otro pues sabía que ese día jugaba Alianza con el Deportivo Cantolao por la sexta
fecha del Campeonato Federación, Copa de Oro A, Categoría 2002.
Ingresar fue un poco difícil
pues no conocíamos la puerta de acceso, pero una vez que la ubicamos, se nos acercó
un joven y con cara sonriente nos solicitó el pago de la entrada.
Hey señor, aquí por 10 soles ingresa su auto
y está seguro. Es más, desde su auto puede ver el partido, porque esta cerca a
la cancha.
Ok, ¿y dónde están las canchas?, preguntó mi
papá.
-
Ingresa, dobla a la derecha y donde ve ese letrero,
dobla a la izquierda, ahí esta a la vista.
Efectivamente, llegamos al
lugar y solo habían unos pocos autos, ya el partido llevaba pocos minutos de
haber comenzado y si bien podríamos ver el partido desde ahí, decidimos salir y
sentarnos en las tribunas, que se encontraban al centro del campo, separadas de
él por una pista atlética de tierra.
Las tribunas eran
básicamente dos, separadas por un pequeño muro. En cada una abrían unas ocho
gradas y un amplio techo que les daba sombra. Ambas estaban llenas, solo
dejaban algo libres las dos gradas que estaban más cerca del suelo. Llegamos y
nos sentamos en la primera que pasamos. Ahí había varias señoras y mujeres que
arengaban y vitoreaban a los futbolistas. Era una tribuna divertida y una
señora empezó a hacer bromas con Papá, pero en la otra tribuna había música,
tocada por tambores y cornetas. Sonidos que yo escuchaba cuando veía por
televisión algún partido de la selección.
Por unas preguntas que hizo mi papá,
nos dimos cuenta que estábamos sentados en la tribuna de los familiares del
Cantolao y de donde venía la música, era la tribuna de Alianza. Así que nos
levantamos y nos dirigimos a la otra tribuna, no sin recibir bromas, risas y
alguna que otra manifestación divertida por parte de esas señoras.
En la nueva tribuna, nos
sentamos al lado del grupo que tocaban la música. Era la barra grone. Esa que
se asentaba en el comando sur del Matute, pero esta vez era un grupo de mujeres
y madres todas ellas, de los chicos que estaban jugando, Escucharlas elegir que
canciones cantar, empezarlas a tocar, vitorear a sus hijos, gritarles que se
levanten, que marquen y de vez en cuando cruzar algún adjetivo con la barra de
al lado, fue un despertar para mí. Cuanta energía, cuanto amor se veía en sus
rostros. Eran definitivamente las mayores fans de sus hijos. Me imaginaba que así
debieron ser los inicios de Paolo Guerrero y su madre Doña Peta sentada en una
tribuna, alentándolo, tal como hacen estas señoras. Inmediatamente hicimos
conversación con ellas. Mi padre es muy sociable y yo, pues también le entre a
los cantos, aunque sin saber muy bien las letras.
Estábamos unos minutos ahí,
cuando supimos que Alianza ya iba ganando 1 a 0, y mi papá pregunto quién fue
el que metió el gol y una señora le respondió que Bryan Ricopa. Mi padre volteo
y me dijo:
-
¿Ese no era el futbolista que no pudiste
contactar ayer?.
-
Así es, respondí. Es increíble que este
jugando en dos categorías, porque sé que jugo ayer.
-
Podrías entrevistarlo hoy entonces, asevero
mi papá.
Perdón, pero alguna de
ustedes es familiar de Ricopa, pregunto mi papá a la barra y todas miraron a
una señora y otra la señalo diciendo, aquí esta su mamá. Nos apersonamos a ella
y le pedimos si al terminar el partido, yo podría entrevistar a su hijo. Ella
muy amablemente nos respondió de manera positiva que claro que sí.
Seguimos viendo el cotejo y
vino el segundo gol de Alianza, a través de Manuel Guerrero, pero en pocos
minutos descontó Cantolao, por medio de Josué Gonzales. Así acabo el primer
tiempo y empecé a buscar un lugar donde vendieran agua o gaseosa, sin lograrlo.
Ahí no había nada.
En el segundo tiempo las
cosas fueron más parejas. Sin embargo, en un contragolpe César Riera sentenció
el 3-1 definitivo a favor del club vitoriano que ese día usó la camiseta blanquimorada.
Dos remates en el palo evitaron que los amarillos empataran el encuentro. Las
mamás enmudecían en cada uno de ellos.
Una vez que termino el
partido, la señora Ricopa, nos manifestó, que crucemos la cancha y abordemos a
su hijo antes de que ingresen a los vestuarios. Así lo hicimos y esperamos a
unos pocos metros, pues el entrenador estaba hablando con todo el grupo.
Alcance a oír, que les decía que no habían jugado bien, pero que el objetivo de
ganar se había cumplido.
Luego de ello, ahí al lado izquierdo de la cancha,
justo en la esquina donde se tira el córner y de al lado, para que el sol no
nos dé, de lleno en el rostro, llamamos a Bryan y pude hacerle la entrevista de
12 preguntas que tenía preparada.
Yo creí que algunas preguntas que le hice a Ricopa podrían fastidiarle o incomodarle un poco, y es comprensible porque el es aún un joven talento en este mundo del fútbol, y no estaría tan preparado para responder preguntas algo maduras, pero para mi alegría, el jugador respondió mis preguntas con calma, tranquilidad y seguridad, preparándose para todo lo que se le viene en el futuro.
Yo creí que algunas preguntas que le hice a Ricopa podrían fastidiarle o incomodarle un poco, y es comprensible porque el es aún un joven talento en este mundo del fútbol, y no estaría tan preparado para responder preguntas algo maduras, pero para mi alegría, el jugador respondió mis preguntas con calma, tranquilidad y seguridad, preparándose para todo lo que se le viene en el futuro.
Por lo que me respondió, por lo que vi en el campo de juego y por como su mamá lo acompaña, no dudo que Ricopa dará que hablar en un futuro próximo y que podría ser el heredero de una casta de jugadores blanquiazules, que han triunfado en la selección y fuera de nuestras tierras.
Autor: Diego Carranza.
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